Cuando hablamos de los Fondos Estructurales, nos referimos a una serie de medidas de carácter económico impulsadas por la Unión Europea, con el fin de mantener un crecimiento y desarrollo igualitario de todas las naciones de la zona euro, atendiendo específicamente las necesidades económicas o sociales de las regiones que presentan determinados desequilibrios con respecto a otras, más favorecidas. Para ello la Unión Europea divide estos fondos en cuatro áreas de actuación:
Los Fondos FEDER (Fondo Europeo
de Desarrollo Regional), prestan atención a regiones y colectivos que presentan dificultades, fomentando a través de ayudas y subvenciones el desarrollo económico y posterior competitividad con el resto de las regiones más avanzadas.
El Fondo Social Europeo (FSE), centrado especialmente en el empleo, su misión principal es la prevención y lucha con el desempleo, la formación e integración de colectivos especialmente vulnerables en el mercado laboral, evitando su exclusión social, apostando por eliminación de desequilibrios en la prosperidad y nivel de vida de las diferentes naciones europeas.
El Fondo Europeo de Orientación y Garantía Agrícola (FEOGA-O), que atiende las necesidades de primer orden del sector agrícola europeo. Dichos fondos abogan por una política agraria común, y para ello ofrece ayudas y soporte al sector, que van desde la modernización y adaptación de las estructuras de producción, transporte y comercialización, hasta el fomento de las inversiones para nuevos agricultores.
El Instrumento Financiero de Orientación para la Pesca (IFOP), que, similar al FEOGA-O, se ocupa de las necesidades del sector pesquero de las regiones costeras, prestando especial atención a la sostenibilidad y protección de los recursos pesqueros, aunque también cuenta con numerosas medidas de carácter socio-económico, que contribuyen a la revitalización y competitividad de las zonas que dependen de la pesca.
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